La ola de calor extremo que prevalece en Yucatán no es consecuencia inmediata de la deforestación de millones de árboles talados en la selva durante la construcción del Tren Maya, sino que es resultado de la deforestación general que se ha dado por años para el desarrollo de las actividades humanas, consideró el doctor Eduardo Batllori Sampedro, académico ambientalista y ex secretario del Medio Ambiente y Desarrollo Urbano del Estado en las dos últimas administraciones priistas.
El investigador del Cinvestav Campus Mérida destacó que por años, Yucatán y Quintana Roo deforestaron importantes áreas para el crecimiento urbano, inmobiliario, turístico, económico y agropecuario, por lo que es un impacto muy fuerte para la naturaleza porque estas miles de hectáreas desarrolladas se volvieron superficies de concreto, disminuyeron las áreas de sombra, se erosionó el suelo, las piedras se recalientan y todo esto cambia el micro clima de la región.
También consideró que este fenómeno de altas temperaturas y calor extremo son parte del cambio climático que ocurre en la Tierra porque son ciclos que se dan en diferentes décadas.
El experto recordó que el puerto de Progreso vivió una temporada de temperaturas extremas de calor hace 30 años con una radiación solar bastante fuerte y hace un par de años hubo una inusual lluvia que inundó la parte norte de Mérida.
“Son factores externos lo que propicia este cambio climático, tenemos ciclos extremos de fuerte radiación, de lluvias, de sequías y de superhuracanes”, explicó. “Con todos estos fenómenos aunados al cambio climático, lo atípico se está convirtiendo en típico”.
Dijo que todavía recuerda cuando hace unos años Yucatán tuvo 40 días consecutivos con temperaturas mayores a los 40 grados. Y esto se debe a la deforestación porque cambió el microclima por la falta de sombra que proyectan los árboles, la retención de la humedad porque los suelos están erosionados y con más superficie de concreto por el avance del desarrollo urbano y los proyectos inmobiliarios, la radiación es más intensa.
Deforestación en Yucatán y Quintana Roo
Solo para dar una idea de la dimensión de la pérdida de vegetación selvática, cada año, Yucatán deforesta 30,000 hectáreas, y Quintana Roo otras 20,000. Por ello consideró que la deforestación que ocasionó el Tren Maya en la selva quintanarroense es mínima y sí tendría un poco de impacto en el cambio del microclima de la Península, pero no del tamaño de la deforestación general que han realizado ambos estados.
“La deforestación de miles de kilómetros de vegetación para actividades ganaderas y plantaciones de sorgo y soya en el oriente de Yucatán, aunada al crecimiento del desarrollo urbano en Mérida es impresionante”, afirmó Batllori Sampedro.
“El Tren Maya no es causante de este calor extremo”
“Ya no hay tanta vegetación que genere sombra y retenga la humedad para que el microclima se mantenga fresco, al contrario, ahora las grandes extensiones de tierras se calientan, las piedras del suelo yucateco se recalientan y hacen que rebote la radiación solar en el medio ambiente”, reconoció.
El académico ambientalista, quien promovió la reforestación de los manglares y humedales de la costa yucateca, afirmó que gobierno y la sociedad deben trabajar en la sustentabilidad, la reforestación, el cuidado del agua y del suelo porque tanto cambio del uso del suelo está impactando en la calidad del medio ambiente del Estado y la Península.
“El Tren Maya no es causante de este calor extremo”, señaló el exfuncionario.
“De hecho, en Yucatán ya había una línea férrea del antiguo tren que se habilitó para que pase el Tren Maya en el mayor de su trazo. No tiene nada que ver el Tren Maya con este calor extremo y sequía, es una afectación de un conjunto de factores, principalmente por la grandes extensiones de deforestación. Es lógico, ya no hay sombra suficiente para mantener un clima fresco, las piedras que afloran en el suelo por la erosión y las grandes masas de cemento se reflejan en este calor extremo”, apuntó.
Además, destacó que en Quintana Roo es mayor la deforestación que realizan las actividades humanas que la tala que realizó el gobierno federal para la construcción del derecho de vía del Tren Maya. Sin embargo, el ex titular de la Seduma consideró que esta tala masiva sí contribuye en parte al cambio del microclima caliente y seco de la región.
De hecho, el crecimiento urbano e inmobiliario en Cancún, Playa del Carmen y Tulum es mayor a la superficie que talaron para los rieles del Tren Maya.
El investigador del Cinvestav Campus Mérida destacó que por años Yucatán y Quintana Roo deforestaron importantes áreas para el crecimiento urbano, inmobiliario, turístico, económico y agropecuario, por lo que es un impacto muy fuerte para la naturaleza.
Fuente: Diario de Yucatán/ Joaquín Chan Caamal