sábado, mayo 17

Los desafíos de Mérida: migración y gentrificación

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Mérida vive los fenómenos sociales de la gentrificación y migración en forma intensa, pues en los últimos años poco más de 250,000 personas llegaron de otras partes del país y del extranjero para vivir en la ciudad.

Este crecimiento poblacional en la capital yucateca representa un gran reto para la alcaldesa Cecilia Patrón Laviada, a fin de mantener la paz y armonía en Mérida.

En opinión de Luis Amílcar Várguez Pasos, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Uady, se requieren programas “medio locos” para que los ciudadanos desechen la tensión de la vida cotidiana y problemas de diferentes índoles.

Los principales retos para la alcaldesa Ceciclia Patrón
El doctor en sociología dijo que los principales retos de la alcaldesa son los mismos que enfrentan otras autoridades en sus respectivos ámbitos.

Y no sólo en México, sino en el mundo, sobre todo en Europa donde hay mucha migración porque la gente va en pos de mejores condiciones de vida o búsqueda de trabajo que les permita satisfacer sus necesidades inmediatas.

“La migración y la gentrificación no son retos exclusivos de Mérida, sino que tienen otras dimensiones porque es una migración voluntaria, contrario a la migración a Estados Unidos que causa pena”, señaló.

“Hace muchos años, en la prepa teníamos un compañero que cada verano iba a Estados Unidos a pasear y trabajar. Migraba en forma voluntaria porque no tenía necesidad económica, vivía con sus padres y éstos tenían buena posición económica. Era como una distracción para él porque hablaba muy bien el inglés. Contaba que trabajaba como despachador de gasolinera y ganaba buen dinero”.

Alteran las condiciones habituales de los meridanos
El doctor Várguez Pasos destacó que la migración y la gentrificación (llegada de extranjeros con otras expresiones culturales, que se apropian de espacios públicos, compran propiedades y transforman las colonias donde viven) de alguna manera vienen a alterar las condiciones habituales de los meridanos.

Pero, apuntó, el mayor reto para la alcaldesa sigue siendo el mismo para todas las autoridades: procurar un bienestar a sus gobernados y asegurar condiciones de vida digna, como clamaran los filósofos Platón y Aristóteles hace 2,500 años.

En su administración debe procurar la felicidad a los individuos, el bienestar, la vida digna, el trabajo digno y que satisfaga sus cuestiones económicas, dijo.

Felicidad y vida digna

En la declaración de principios de Estados Unidos junto con la vida ponen a la felicidad, lo mismo en la revolución francesa, donde debe procurar la fraternidad, felicidad, bienestar y vida digna que debe tener todo ser humano, independientemente de su condición social, económica o ideología.

“Me decía mi chichí: en este mundo estamos para dos cosas: una para ser felices, y la otra para ayudar a que otros sean felices. Es igual al término del mandamiento católico: amarás a tu prójimo”, señaló.

“Debe procurar el bienestar a sus gobernados, independientemente quienes sean sus gobernados, si son panistas, priistas, de la 4T, si son ricos o pobres, si son informales o formales, si son católicos o no, a todos tiene que brindarles bienestar”.

Para lograr esos retos tiene que aplicar un conjunto de políticas públicas y programas enfocadas a este fin.

El doctor recordó al colombiano Antanas Mockus, filósofo, matemático y político que conoció en un congreso en Bogotá cuando era rector de una universidad en Colombia.

Colombia pasaba por una turbulencia social en 1990 por la época de los narcos. Había ciudades violentas, con caos vial.

Programas para disminuir los niveles de violencia y estrés
Una de las conquistas sociales de Antara Mockus fue establecer programas que regularan y aminoraran los niveles de violencia y estrés entre la población.

Uno de sus programas fue poner gimnasios abiertos y públicos para la práctica del ejercicio o de algún deporte como gimnasia, por lo que esos espacios tenían barra, aros y bolsas de arena para boxeo.

Con estos espacios e implementos, los colombianos liberaban toda su tensión, su estrés, y así creó una serie de programas que parecían locos, pero que dieron resultados satisfactorios.

Cuando Várquez Pasos visitó Bogotá vio que en los puentes peatonales había un soldado con una moto súper rápida para la persecución de delincuentes o de la guerrilla urbana y otros soldados armados con pesadas metralletas.

Incluso, para entrar en una plaza comercial pasaban dos filtros de revisión, ubicados 10 metros uno de otro.

“La alcaldesa tiene que echar mano de toda su imaginación para crear programas que ayuden a toda esta heterogeneidad que ya tenemos, para lograr ese bienestar y mejor calidad de vida”, dijo.

“La labor de Irving (Berlín Villafaña, director de Cultura del Ayuntamiento) fue acertada porque la ciudad tiene una muy buena cartelera de actividades. Hay que llevar esos programas urbanos a las comisarías del municipio, hay que integrarlas a la cultura. Lo quiso hacer Irving, pero se lo impidieron. Creo que este es el mayor reto de la alcaldesa, llevar felicidad a las comisarías”.

Los desafíos de Mérida: migración y gentrificación

La gentrificación en Mérida no lo ve como un problema serio porque los extranjeros y mexicanos que vienen a vivir lo hacen por la seguridad y tranquilidad de la ciudad, pero también vienen a hacer negocios porque ven el crecimiento y expansión de Mérida.

Sí hay una reconfiguración en la vida cotidiana de los barrios y el centro de la ciudad porque los que vienen son de mayor poder adquisitivo que los meridanos, compran casas y las remodelan, crean negocios en los lugares donde se asientan y generan economía.

¿Cuál es el efecto de la gentrificación?

El doctor Várguez dice que habría que estudiar de fondo el efecto de la gentrificación en los barrios y el centro de la ciudad, pero no cree que sea un problema serio. Viéndolo por el lado económico, opinó, beneficia a la gente porque ofrece trabajo.

“Un amigo tenía como vecino a un gringo. El extranjero abrió una cafetería, a juicio del vecino, el emprendedor creó un ambiente agradable y tenía éxito”, señaló.

“Este tipo de emprendimiento beneficia a la gente con la apertura de negocios, según la capacidad económica de los migrantes, necesitarán un mesero, cocinero, quien lave los platos o que limpie la casa y el negocio”.

Gentrificación, luces y sombras en Yucatán: extranjeros se apropian de playa

“Hasta ahora no conozco casos que puedan ser lo contrario, excepto lo que nos enteramos de extranjeros que se quieren apropiar de una parte de la playa de Progreso, pero siempre lo impide la población local”.

“Este tipo de abusos hay que evitarlos, hay que enfocar esos programas en lograr la buena convivencia, hacerles ver que no porque vienen de Ciudad de México o del extranjero son superiores a nosotros”, subrayó.

“Las autoridades deben aplicar la reglamentación en forma estricta y hacer programas que eviten la exclusión y la discriminación, evitar que piensen que los yucatecos son únicos, pero siempre hay gente buena y mala, confiada o desconfiada”.

Programas para la armonía en Mérida

Otro reto para la alcaldesa Cecilia Patrón es elaborar programas que propicien la armonía.

La gente quiere armonía y gentileza en nuestras familias, que no haya pleitos, que los hermanos se lleven bien, que haya armonía en el trabajo donde pasamos mucho tiempo. “Siempre habrá problemas, pero que sean los menos”.

También deben existir programas que eduquen a los conductores para que aprendan a ceder el paso en las calles y avenidas transitadas.

Es comprensible que todo mundo está desesperado de llegar a su destino por el caos vial en la ciudad, es cierto que muchos manejan con mucha agresividad, pero hay que enseñarles a los conductores que no solo es llevar un vehículo sino hay que respetar a los demás.

Hay cosas elementales como ceder el paso al peatón o al automovilista que quiere incorporarse al carril y no puede por lo intenso del tránsito.

A veces cosas de la vida diaria constituyen el mayor reto de la sociedad y por ello se deben elaborar programas preventivos para evitar mayores consecuencias. Por ejemplo, prevenir un accidente de tránsito y matar a alguien por atropellamiento.— JOAQUÍN ORLANDO CHAN CAAMAL

Nota original aquí

Fuente: Diario de Yucatán

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